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La crisis del siglo I a.C.
Las conquistas aportaron a Roma grandes riquezas, pero también
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originaron grandes desigualdades sociales.
Gran parte de los campesinos se arruinaron al tener que abandonar
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sus tierras para servir en el ejército.
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Los perjudicados por las conquistas protagonizaron conflictos sociales
(revuelta de los hermanos Graco) en demanda de un mejor reparto
de la riqueza.
La crisis del siglo I a.C. provocó que el Senado y los magistrados
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dieran el poder a los jefes militares, dictadores, que se enfrentaron
entre sí, generando violentas guerras civiles.
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Uno de estos militares, Julio Cesar, proclamado dictador perpetuo
(48 a.C.), fue asesinado por aquéllos que veían peligrar su poder (44
a.C.).
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7.1. El Imperio entra en crisis
A partir de siglo III d.C., el Imperio tuvo que enfrentarse a una serie
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de problemas.
Las fronteras se volvieron inseguras a causa de los continuos
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ataques de los pueblos germánicos (bárbaros).
La autoridad imperial se debilitó y fueron frecuentes las revueltas
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contra el emperador.
A estos problemas se sumaron los problemas económicos: descenso
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de la producción agrícola y minera, estancamiento del comercio y
empobrecimiento de la población.
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7.2. La división del Imperio
En el año 395, para facilitar su defensa, el emperador Teodosio
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dividió el Imperio entre sus hijos, Arcadio y Honorio.
A partir de ese momento quedaron separados el Imperio romano de
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Occidente y el Imperio romano de Oriente.
En el Imperio de Oriente (bizantino) el emperador supo mantener su
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autoridad y defender las fronteras, y el Imperio sobrevivió.
En Occidente, en cambio, la decisión de Teodosio fue insuficiente
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para salvar el Imperio.
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7.3. El cristianismo, religión oficial
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Constantino decretó el fin de las persecuciones contra los cristianos
(Edicto de Milán, 313).
A finales del siglo IV, el emperador Teodosio hizo del cristianismo la
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religión oficial del Imperio.
Con el tiempo, el cristianismo se expandió por todo el Imperio.
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7.4. El fin del Imperio de Occidente
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A principios del siglo V, los pueblos germánicos traspasaron las
fronteras y entraron en el Imperio occidental.
Las pueblos invasores se fueron instalando en las tierras de
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Occidente y crearon reinos independientes.
La caída del último emperador romano de Occidente (Rómulo
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Agústulo) marca el fin de la Antigüedad y el inicio de la Edad
Media.